Desarrollo sostenible: ¿Cómo?

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No es difícil comprender el verdadero espíritu del Desarrollo Sustentable o Sostenible, especialmente cuando logramos comprender que este abarca, literalmente, todo. Aquí hablamos de administrar la conservación de los recursos naturales de la Tierra y concertar o concordar con las teorías y sistemas socio-económicos existentes. Lo difícil es esa concertación o concordancia.

Desarrollo sostenible o sustentable es aquel que puede mantenerse en el tiempo por sí mismo, sin ayuda exterior y sin que se produzca la escasez de los recursos existentes.

El mundo entero está preocupado por la contaminación ambiental planetaria y por el agotamiento de los recursos naturales. Sin embargo es elemental pensar que toda la economía, incluyendo la economía de mercado y el gran capital giran en torno a la explotación desmedida de los recursos naturales. De allí podemos deducir con suma facilidad la verdadera razón por la cual el agotamiento de los recursos naturales y la contaminación están en su verdadera efervescencia.

Todos queremos vivir con más comodidades y equipo tecnológico “de punta”, ganar más dinero para dilapidarlo en consumismo. Se convierte en un sentido recto y otro figurado cuando muchos se preocupan por el medio ambiente, pero son altamente consumistas, ayudando así a la globalización del mercado, precisamente lo que contamina la Tierra y agota sus recursos naturales.

La idea del Desarrollo Sustentable, tiene como fin primordial el equilibrio de la vida humana y la del planeta en las mejores condiciones posibles. Pero la paradoja más grande es que el mismo humano se rebela contra su propia vida y la del planeta, del cual es un recurso natural… también en vías de agotamiento.

El humano moderno es producto de las dos revoluciones industriales. La primera revolución industrial (1850 1970) cambió radicalmente la forma de vida cotidiana de la humanidad y la segunda fase de la revolución industrial involucró avances importantísimos en las industrias química; eléctrica; de acero y petróleo. La llamada “Segunda Revolución Industrial” perfeccionó y fortaleció la tecnología de la Revolución Industrial.

Por ejemplo, se cambió la utilización del hierro por acero; se reemplazó el uso del vapor por la electricidad y el petróleo; se introdujo la automatización de las máquinas; hubo cambios fundamentales en el transporte y en las comunicaciones; se logró la poderosa fusión nuclear; hubo crecientes aplicaciones de la ciencia en la industria y surgieron las nuevas formas de aplicación del capital, de donde nació el capitalismo voraz y la gran industria.

Este avance, examinado desde el punto de vista técnico, es genial para el ser humano. Pero el hombre mismo, a pesar de su inteligencia y de su razonamiento, no logró ver el daño que se hacía a sí mismo y al planeta. Llegó al genocidio global provocando el cambio climático por su codicia y ceguera hacia la conservación de la especie. Existe temor del exterminio de la máxima Creación de Dios sobre la Tierra y… quizás del universo: LA VIDA HUMANA.

 Fuente: centro Urbano

El agua es la clave del desarrollo sostenible

imagesEl agua es la clave del desarrollo sostenible.La necesitamos para la atención de la salud, para la seguridad alimentaria y para el progreso económico. Sin embargo, año tras año va aumentando la presión sobre este recurso. Una de cada tres personas vive en un país con escasez de agua entre moderada y alta, y es posible que para 2030 la escasez afecte a casi la mitad de la población mundial, ya que la demanda podría superar en un 40% a la oferta. Cada vez hay más competencia entre agricultores y ganaderos; entre el sector industrial y el agropecuario; entre la ciudad y el campo; entre las cuencas hidrológicas altas y las bajas; y entre quienes viven a uno u otro lado de las fronteras. El cambio climático y las necesidades de la población, que sigue creciendo y prosperando, significan que debemos trabajar de consuno para proteger y administrar este recurso frágil.

La agricultura es, con diferencia, el mayor consumidor de agua dulce, y cada vez es más urgente conciliar las demandas de este sector con las necesidades de uso doméstico e industrial, en particular la producción de energía. El cambio climático también plantea una amenaza cada vez mayor a la productividad agrícola y la seguridad alimentaria. Sería conveniente promover la agricultura sostenible mediante el intercambio de las mejores prácticas y el aprovechamiento de las tecnologías más convenientes, a fin de que tanto los pequeños agricultores como las grandes empresas agroindustriales puedan incrementar el rendimiento de sus cosechas.

En ningún mensaje sobre el agua debe omitirse el saneamiento. En el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya se ha alcanzado la meta de proporcionar acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua, pero las carencias en materia de saneamiento son lamentables. Unos 2.500 millones de personas viven sin la dignidad y la higiene que puede brindar un inodoro, y sin protección ante las aguas residuales no tratadas. El costo de esa situación se calcula en vidas humanas (4.500 niños al día) y afecta a la productividad económica. Sin embargo, sabemos que cada dólar invertido en saneamiento puede aportar beneficios que quintuplican su valor. Por este motivo, se ha hecho un llamamiento mundial a la acción para acelerar la labor en pro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con el saneamiento. La inversión en saneamiento es la cuota inicial de un futuro sostenible.

No podemos prosperar sin agua dulce limpia y abundante. En este Día Mundial del Agua, se hizo un  llamamiento a intensificar la cooperación. El agua es un recurso compartido. Debemos utilizarlo con más inteligencia y reducir el despilfarro para que el reparto pueda ser equitativo y llegue a todos.

 

Fuente: Diario Ecología